Los sondeos telefónicos

Los sondeos de opinión telefónicos.

Hacer un sondeo de opinión pública por teléfono, como señalamos en posts anteriores, es un método usualmente empleado para la indagación de la opinión pública y en otro tipo de investigaciones, como en política y en investigación de mercado.

El método del sondeo telefónica es el típico método urbano para indagar opiniones mediante una muestra elegida según criterios relevantes a la investigación.

El sondeo de este tipo suele ser adecuado en las grandes urbes, y muy utilizado, supone una amplia presencia del servicio telefónico entre el universo o población de la muestra.

Para sondear o encuestar por teléfono se necesita un software especial, principalmente se utiliza el sistema CATI (Computer Assisted Telephone Interviewing) mediante el cual se marcan rápidamente números al azar (para garantizar cierta representatividad de las respuestas obtenidas, o al menos minimizar la presencia de sesgos) y que presenta la gran ventaja, una enorme ventaja metodológica de presentar los datos para su rápido procesamiento apenas concluido el relevamiento (el trabajo de campo).

El sucedáneo de este futuro desempleado es el sistema IVR (Interactive Voice Responder). El IVR es un sistema informático de recogida de datos de encuesta que puede grabar y reproducir diversos archivos de audio y reconocer respuestas a través de los tonos telefónicos.

Una desventaja de los sondeos telefónicos es que tampoco se puede acordar otra ocasión, por lo que los llamados recurrentes provocan cierta molestia –comprensible- en algunas personas.

En general, como ya hemos señalado, se acepta que los sondeos telefónicos son más económicas y más rápidas de realizar, procesar y analizar.

Entre las desventajas principales que tiene sondear de este modo, se encuentra que siempre hay un sector de la población no encuestable (claro, si nos interesa encuestar personas de cierto nivel adquisitivo, este problema es ínfimo; todo depende del tipo de investigación, o sea de la población bajo estudio), que siempre hay sectores pobres que quedan excluidos, que el cuestionario no puede ser largo, que no se puede mostrar nada, etc.

Añadamos que cada vez más se utiliza para los sondeos de opinión, sea en política -preelectorales o no- o en investigación de mercado el software automatizado que pregunta sin un encuestador humano.